Se encuentran en las capas más exteriores del colchón, a partir del núcleo. Los acolchados forman una parte importante de muchos de los modelos de colchón existentes, por lo que deberemos tener en cuenta factores como el núcleo del colchón, los materiales, y los tejidos del acolchado que completan el colchón en su totalidad. El confort y la adaptabilidad de un colchón también dependerán de la calidad del acolchado.
La regulación de la humedad del sistema de descanso depende principalmente de la capa superior del colchón. Dicha capa tiene una función de protección y aislamiento, normalmente tratada contra las bacterias, y la formación de hongos. Para envolver correctamente el cuerpo y no hundirse, la funda del el colchón debe tener buena elasticidad para expandir su área de superficie.
El uso de una capa superior (natural o sintética) que pueda separarse del colchón (funda), y ser lavada por encima de 60ºC, es la mejor prevención de alergias como la del ácaro del polvo. Materiales naturales como lana, seda, algodón, y lino, y sintéticos como acrílico, poliéster, rayón, y nailon son comunes en la capa superior del colchón.
Además se suelen añadir otras capas formadas de espumas como látex, poliuretano o viscoelástica para aportar sus propiedades al colchón. Las propiedades que deben aportar estos materiales a las capas del acolchado deben ser elasticidad, protección antialérgica, un aislamiento térmico, y absorción de la humedad. Cumpliendo estas propiedades lograremos reducir las fuerzas de fricción, ausencia de bacterias, prevención de alergias, y se conseguirá regular la temperatura, y la humedad. A veces los fabricantes añaden diferentes tratamientos especiales, como aloe vera, al tejido de la superficie para mejorar sus características.
